“Probablemente todos los seres orgánicos que hayan vivido nunca sobre esta tierra han descendido de alguna única forma primordial, a la que se infundió vida por primera vez… Hay grandeza en esta concepción de la vida, que a partir de un principio tan sencillo y mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando una infinidad de formas bellas y portentosas.”
Charles Darwin (El origen de las especies, 1859).
No es normal que un juego nos dé la bienvenida con una pequeña (gran) clase de ciencias naturales, pero es que ECO es un juego extraño y diferente, esa fue la sensación que me dio, cuando hace bastantes lustros se cargó por primera vez en mi flamante Amiga 500. Lo más fantástico es que ahora uno carga de nuevo ECO y sigue teniendo la misma sensación…
El juego viene con el subtítulo de “Un juego de supervivencia”. Bueno diréis, ¿no lo son todos?. Sí, pero en ECO tiene más sentido que en los demás. Se refiere a la vida misma, a la supervivencia y evolución de las especies en una simulación vectorial de una ecoesfera, donde manejaremos a una forma de vida menor en su evolución hacia la especie dominante del ecosistema… Dicho así suena un tanto complejo, pero tranquilos, nada más lejos de la realidad. Eco es tan sencillo que su desarrollo se puede resumir con el famoso slogan de un antiguo anuncio de insecticida: En ECO, los seres nacen, crecen, se reproducen… y si este ciclo no se completa, morirán y desaparecerán.
Vamos a explicar mejor esto. Al empezar cada partida, el destino escogerá un ecosistema/mundo donde se desarrollará la vida entre áridos desiertos, inhóspitos páramos helados, o por el contrario frondosos vergeles, o valles de agradable clima. Ni que decir tiene que dependiendo de un escenario u otro, tendremos las cosas más o menos fáciles. El “hado” del destino también decidirá nuestros rasgos genéticos, normalmente empezaremos en una forma de vida de tipo insectoide. Si has sido afortunado (o bueno en tu vida anterior) tu insectoide será alado, lo que te ayudara notablemente en tu supervivencia. De todos modos, si tu insectoide solo anda, tampoco es como para reiniciar la partida, podría ser peor, que te podría haber tocado ser una especie gusanoide y entonces si lo tendríamos realmente complicado…
Bueno, tu primer objetivo como nuevo ser vivo será la búsqueda de alimento. Los insectoides generalmente se alimentarán de pequeñas plantas (aunque si tropiezan con algún gusanoide tampoco le harán ascos). Tras alimentarse, tu espécimen crecerá y alcanzará su madurez, será momento de buscar otro individuo de tu misma especie para reproducirse (o regenerarse). Cuando logremos el apareamiento, el juego nos trasladará a una pantalla en plan laboratorio donde aparecerá representada lo que sería la cadena de ADN de nuestra especie junto a una visión vectorial de la forma de vida que corresponde a dicha cadena. Se nos concederá entonces la posibilidad de modificar una de las piezas de la cadena del código genético, llegando a lo que es la parte más especial del juego: Al modificar la cadena, nuestra especie mutará. Esto puede ser algo sencillo, como el cambio de tamaño general, o de alguna parte del cuerpo, o algo más radical, como la aparición de alas, un aguijón, etc…
Cuando encontremos una nueva forma satisfactoria para nuestra descendencia, saldremos de la pantalla laboratorio, y repetiremos el ciclo de la vida con este espécimen de nueva generación (búsqueda de alimento, apareamiento, modificar genes y vuelta a empezar). En cada ciclo, podremos añadir un nuevo gen más para modificar, con lo que si sobrevivimos lo suficiente, podremos modificar nuestro ADN lo bastante para alcanzar nuevas formas de vida superiores y evolucionar hacia aves, animales cuadrúpedos, o incluso bípedos homínidos, el culmen máximo de la evolución (bueno, eso dicen).
Así es el desarrollo del juego, sobrevivir, para alcanzar una forma de vida mejor y más adaptada, que nos haga las cosas más fáciles en tu siguiente descendencia. De hecho no se trata sólo de mejorar sin más, se trata de evaluar la situación e ir buscando mutar a la especie mejor adaptada de tu entorno. Es decir, de poco sirve convertirse en un poderoso humano, si no hay seres humanos en la zona donde te encuentres, porque cuando llegue el momento de aparearse no habrá nadie con quien hacerlo. Igual conviene mantenerte en una forma de vida inferior en la escala evolutiva que tenga un mayor número de iguales, pero claro, si el número de especímenes de esta es muy elevado, tendrás verdaderos problemas en la lucha por el alimento. Realmente la agonía de la lucha por la vida en un entorno hostil esta sublimemente recreada en este juego.
Además el juego tiene controles realmente sencillos, podemos dirigir a nuestro personaje tanto con el joystick como con iconos usando el ratón, incluso hay una opción de “piloto automático” para la búsqueda de pareja o comida (aunque cuidado, que no siempre elige lo más adecuado).
Los gráficos como habéis visto en las imágenes son vectoriales, resultando anticuados ya desde su lanzamiento (estaba claro que los 16 Bits daban más de sí), pero la verdad es que están maravillosamente animados, es delicioso ver corretear a los cuadrúpedos o a un ave iniciar su vuelo. No sólo se mueven bien, sino que resultan suaves, y aunque normalmente los mundos son algo vacíos, habrá ocasiones que se concentrarán muchos seres y objetos en la pantalla a la vez, pero el juego va sobrado y no se ralentiza nunca. Por si esto resulta poco, son también gráficos bastante claros. Se asigna un color específico para cada tipo general de especie y así consigue que todo lo que hay en pantalla se vea perfectamente sin grandes confusiones.
Además, contaremos con un radar circular que ayuda no sólo a situar mejor todo lo que ves, sino también lo que ocurre a tu espalda y no estás viendo. Y si no es bastante, te permiten alejar, acercar, subir, bajar y rotar la cámara de visión con total libertad para una excelente visión del entorno. Así que, aunque nadie le daría un premio a los gráficos (que además son clavados a la versión Atari ST) pero cumplen su cometido a la perfección.
Por el contrario y no lo parecerá, pero el aparatado sonoro de ECO es simplemente maravilloso pese a que el juego sólo da la opción de escoger música o efectos de sonido. Por defecto la partida empezará con música, y es una opción que JAMÁS debéis cambiar, y no porque los efectos sean malos (que no lo son), sino porque la melodía que acompaña al juego es absolutamente bella. Una desgarrada y atormentada composición que se adapta de forma magistral a la sensación de soledad, lucha y hostilidad de las partidas. Está creada por el compositor Fred Gray que es conocido por usar música de tipo “chip” en vez de algún formatos “.mod” que aprovecharan más la capacidad del Amiga.
En el caso de ECO esto es hasta bueno, una muestra diferente de la superioridad sonora del Amiga frente al ST. No se vosotros, pero no es la primera vez que leo por internet la barbaridad de “es mejor el sonido del ST, es más retro”, pues bien, aquí está el chip Paula haciendo sonido retro generado por chip, sin samples. Las melodías del juego (presentación, creación de personaje y juego) ocupan 6kB miserables, pero nuestra amada Paula da una paliza sonora soberana al Yamaha del ST, y nadie puede decir que “en Atari no aprovecharon el sonido”.
ECO es el único juego del ST con música que soporta el puerto MIDI que traía de serie este ordenador, imaginad pues lo cuidadosamente que se trató el aspecto sonoro en la versión Atari… A ver, creo que me estoy saliendo por la tangente… El caso es que atendiendo al juego, y teniendo en cuenta el tipo de gráficos que usa, yo creo que queda muy bien este estilo retro chip. Y bueno, los sonidos, que también tipo generados en vez de samples, son correctos, pero la verdad con la música del juego… ¿A quién le importa? De todos modos, si llegara el caso de que os hartara la música, ahí los tenéis.
La verdad es que me estoy deshaciendo en elogios con este juego, pero no quiero olvidar su talón de Aquiles: Juegas, vas desencriptando genes, evolucionas, por último llegas a homínido, te reproduces, vuelve a repetirse el ciclo y… ya está. Llegado ese punto ECO ya no ofrece nada más. No parece tener ningún tipo de final, y una vez llegas a la cúspide evolutiva, el sobrevivir más tampoco es un gran aliciente (no hay ni un score board que recuerde tu logro).
Así que, aburrido con la posibilidad de una existencia monótona y eterna, en algún momento escogerás por ti mismo renacer en especie vegetal y acabar la partida. Eso sí, debido a la elevada dificultad del juego, hasta que esto ocurra pasará mucho tiempo.
Como decía al principio, un juego especial… Creo que no se parecerá a nada de lo que habéis jugado.
Galería de Imágenes
ECO (Denton Designs/Ocean) (OCS)
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La vida se abre camino
– La excelente música chip
– Se trata de un juego único en su clase, con una idea original y sorprendente hasta en nuestros días
– Resulta absorbente durante bastante tiempo
– No está libre de cierta monotonía (bueno, la vida tampoco)
– A veces las partidas pueden duran un par de segundos (la vida es dura, y estar en la parte baja de la pirámide alimenticia no ayuda)