Explosiones, sangre, disparos y ruido, mucho ruido, son las sensaciones que me asaltan cuando me acuerdo de este entretenido juego de disparos, que nació en Amiga, para ser posteriormente una recreativa, y convertirse a gran parte de los ordenadores de la época.

¿Valía verdaderamente la pena?, o era “mucho ruido y pocas nueces”, descubrámoslo en este análisis.

Tomando cómo inspiración ese “cutre-clásico” del tío John Carpenter, “The Warriors”, los autores de Sidewinder, uno de los más recordados shooters en Amiga, crearon este carnaval de destrucción llamado “New York Warriors“, que a priori tenía todos los ingredientes para ser uno de los grandes.

En una postapocalíptica ciudad de Nueva York, dos aguerridos mercenarios, se infiltran en una devastada metrópoli donde peligrosas bandas hacen su ley, y controlan cada distrito a tiro limpio. Ellos, son la única esperanza de la buena gente, y los únicos capaces de destruir el artefacto nuclear situado en el corazón mismo del World Trade Center.

Para poder reducir a los variopintos enemigos, usaremos una de esas armas multiusos, como las del Juez Dredd, con mogollón de tipos de disparo, claro está, si lo recogemos antes. Además, contaremos otras armas de gran calibre y explosivo escándalo.

Cuando comencemos cada una de las seis fases, se nos dará una breve descripción de los enemigos que encontraremos en el sector, y del objetivo.
Si pasamos la fase, pero no logramos el objetivo, se nos volverá a enviar de vuelta al principio del nivel, todo un suplicio, sin dudas.

La mecánica, pues, es bastante simple, hacer lo que nos manden, y sobrevivir, tarea absolutamente imposible, ni gastando todas las vidas y continuaciones, ¿sabéis porqué?, fácil.. nos disparan más que en un “Bullet Hell Shooter”, encima, si no avanzamos, vienen unos cabroncetes con Jetpack, y riegan el escenario de bombas.
No hay donde parapetarse, ni esquivar los disparos. Llegar al final del juego, depende de si tenemos o no el “trainer” para poner las vidas infinitas.

Con esta dificultad tremenda, es muy difícil disfrutar del juego (a menos que seamos masocas), más allá de unas cuantas partidas con los amiguetes. Posee, eso si, un grado de espectacularidad sin precedentes, por lo menos, entre los representantes amigueros del género.

La espectacularidad de las explosiones, disparos y demás artilugios militares, choca tremendamente con el estilo casi infantil de los sprites “humanos”, que parecen creados por amateurs, nadie diría que detrás de ellos están verdaderos profesionales.
Seguramente, influye el hecho de que cinco artistas gráficos distintos sean los encargados del empaque visual, cada uno, va a su rollo.

Los escenarios, son relativamente variados, y cuentan con mucha animaciones “de relleno”, como los árboles agitándose al viento, o los papeles de periódico moviéndose, se nota, que por lo menos en este aspecto, estaban intentando copiar el estilo de los grandes shooters de recreativa.

Sonoramente, es un pasote… con contundentes efectos para todas las armas, música de fondo, y gran cantidad de efectos digitalizados, el problema, es que es un juego muy puñetero a la hora acertar la configuración necesaria para que  funcione correctamente, y es muy fácil que podamos jugar pero sin sonido, o que al arrancar se cuelgue.

A mi me costaba muchísimo arrancarlo en condiciones con el Amiga 1200, de hecho, en el WinUAE, no logro que el sonido me vaya sincronizado con la acción. Por suerte, en MAME, la versión de recreativa, que al fin y al cabo es un Amiga, funciona de perlas.

El punto negro, como ya os dije, es la dificultad, que hace que Commando de Capcom, parezca una galería de tiro de Disney, ni con dos jugadores al mismo tiempo, lograremos nada.

Si tenemos la potra de esquivar las balas que nos vienen por doquier, y encima, no nos quedamos quietos para evitar que nos liquiden los fulanos de los Jetpacks, lo más seguro es que pisemos una mina. New York Warriors, es un auténtico “Bullet hell shooter”, y si no os lo creéis, echaos unas partidas.

Virgin estaba emperrada en convertir todo lo que salía de las oficinas de arcadia/Melbourne House, y NYW no fue la excepción, teniendo conversiones a cuanto sistema doméstico se puso a tiro, curiosamente, algunas de estas versiones, como la de Amstrad CPC, son bastante más benevolentes en cuanto a la dificultad, y muy logradas gráficamente; estas son sus pintas.

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