En los años 80 Tetris causó una conmoción en el mundo de los videojuegos. Con el fin de esa década, Atari Games y Tengen nos propusieron “Entrar en los años noventa” con Klax.

Una agresiva campaña de marketing y su aparición prácticamente a la vez en salones recreativos y sistemas domésticos impulsaron el éxito instantáneo de este juego.

Klax combinaba elementos de Tetris con el “3 en raya”. El pozo que encontrábamos en el Tetris pasa a ser una rampa, por la que descenderán baldosas de colores (que sustituyen a las conocidas figuras del Tetris).
Bueno, realmente, al final de esta rampa, sí que sigue habiendo un pequeño pozo. Es en él donde deberemos colocar las baldosas que van bajando y formar con ellas una secuencia de tres o más baldosas continuas de igual color (que en el juego se denominan como Klax). Esas baldosas en raya desaparecerán entonces, y así liberan espacio para colocar nuevas en nuestro pequeño pozo.

Pronto descubriremos que hay un hueco entre la rampa y el pozo, por lo que las baldosas se precipitarán por un abismo si no lo evita nadie (por cierto sueltan un gritito muy gracioso al caer), y si caen varias de ellas, perderemos la partida.

Ahí entramos nosotros, pero mientras en Tetris manejamos las piezas, en Klax lo que manejamos es una plataforma que salvará la distancia entre rampa y pozo. Con ella deberemos de atrapar las baldosas que descienden y soltarlas en el pozo.

Para ayudarnos, la plataforma puede apilar hasta 5 baldosas, una vez llena, no impedirá la caída de baldosas por el abismo. Debemos pues ir vaciándola de cuando en cuando. No basta con atrapar baldosas, hay que atraparlas y luego dejarlas caer donde estimemos conveniente.

Además cuando la plataforma está vacía también puede repeler baldosas hacia arriba si esta no nos interesa, pero hay que tener en cuenta que estas volverán a bajar hacia nosotros en pocos segundos y cuidado, mientras no cesa el flujo de caída de nuevas baldosas. Depende del jugador usar estratégicamente estas habilidades para progresar en el juego.

Aunque avisamos, una sola estrategia no bastará en Klax. Divido por niveles (99 exactamente) u oleadas que son como las denomina el juego, y cada una de ellas propone un objetivo diferente.
Este puede ser (entre otras cosas que se le ocurren al juego) hacer un determinado número de Klaxes, sobrevivir a la caída de X número de baldosas, hacer Klaxes en una determinada dirección (vertical, horizontal, diagonal), alcanzar una puntuación, encadenar Klaxes…
Así pues según el objetivo propuesto deberemos adaptar nuestro juego y “cambiar de chip” para superar el nuevo desafío. Esto confiere a Klax muchísima diversión, pudiendo superar incluso a su maestro, Tetris.

Un juego que se basa en apilar baldosas de colores como imaginareis debe ser colorido, la maquina original lo era, y esta versión es bastante fiel al arcade. Si bien se trata de una típica conversión gráfica de Atari ST a Amiga y por lo tanto a 16 colores nada más, por lo que especialmente las baldosas sufren un poco de un efecto dithering para simular colores extras, y claro si hubieran exprimido un poco las posibilidades gráficas el juego se vería mucho mejor.

Lo que si incluía la versión Amiga como extra especialmente dedicado era un asombroso tema inédito como presentación con una voz que dice una frase que se haría mítica, “son los noventa, es el momento de Klax”. El resto de sonidos incluye algunas voces, jingles de música y sonidos, todos calcados a los del arcade original.

Definitivamente Klax para Amiga es una gran conversión de esta variación de Tetris y el juego fue muy popular a inicios de los 90.
Sin embargo mientras Tetris ha tenido multitud de versiones posteriores y revisiones, el tiempo parece haber olvidado injustamente a Klax que, salvo la aparición en alguna compilación multiarcade, no se crearon nuevas versiones. Vale, ya no son los 90,  pero no nos importa, sigue siendo un momento bueno para Klax.

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